Reflexión sobre la actividad cultural del blog

 Después de haber mirado los otros blogs, ¡mentiría si dijera que fue fácil elegir lo que me ha marcado más de la experiencia global! La libertad que teníamos de determinar el tema que queríamos explorar abrió la puerta a una panoplia de sujetos y a varias maneras de considerar el mundo hispanohablante. Recordemos la consigna principal: el tema debía estar directamente relacionado con el mundo hispánico, ser lo suficientemente grande y original. 


¿Cómo se define “mundo hispánico”? Todos las definiciones son así: relativo a España y a los países y culturas de habla española. ¡Es vago! Incluso si nos limitamos a tres zonas específicas, las posibilidades son numerosas. Con más de 500 millones de hablantes, la lengua española es al menos una de las lenguas oficiales de 21 países (¡cuando no es la única!). Por lo tanto, me pregunté, ¿de qué punto de vista puedo abordar un mundo tan vasto y diverso?


Hay una parte del grupo que se interesa al mundo hispanohablante desde una perspectiva cultural, lo que me hizo realizar: varios elementos culturales de España, México y del Cono Sur están muy presentes en nuestras vidas. Pienso en los blogs sobre las bebidas o sobre los postres: había solamente los alfajores que no conocía (pero que definitivamente voy a conocer). Me ha sorprendido cómo fue interesante aprender sobre la historia de estos elementos gastronómicos que son parte integral de mi propia cultura. 


Otros se interesan por el aspecto de la lengua: con más de 500 millones de hablantes en el mundo, hay mucho que decir sobre las variedades del español. Me parece fascinante cómo la cultura de un país influye en la manera de utilizar y de hablar la lengua. 


Pero soy una persona que se interesa mucho en los problemas sociales y en debates; he estudiado derecho (¿parece?) y trabajo en la administración de un hospital. Cada día estoy confrontada a varias reflexiones éticas, pero tengo que analizar situaciones desde un punto de vista estrictamente “quebequense”. Y a veces me pregunto cómo se pasa por otra parte. Reflexiono sobre las razones por las que tomamos una decisión sobre otra. Así es como se me ocurrió la idea: me podría interesar por uno de los grandes temas sociales del siglo XXI, desde la perspectiva de diferentes partes del mundo hispánico. Cuando he leído un artículo en el periodico “Le Devoir” sobre la legalización del aborto, me dije que era una oportunidad de echar un vistazo al estado actual de los derechos de la mujer en partes del mundo hispánico. 


En efecto, me parece evidente que la cultura de un país, su historia y sus influencias lingüísticas y religiosas -entre otros- influye de manera muy importante la manera que este país reaccionará ante ciertos eventos o ciertos movimientos sociales. Por ejemplo, México y Argentina, como otros países de América central y de América del Sur, son países donde la religión sigue siendo muy presente e influyente; además, son culturas donde la familia es muy importante. Por lo tanto, puede ser más difícil aceptar que una mujer de su familia quiera abortar. 


Por otra parte, creo que la decisión de los gobiernos de México y de Argentina significa mucho más que la única autorización de abortar: significa que el gobierno reconoce la autonomía y la capacidad de toma decisiones para la mujer. Como lo destacó mi colega en un artículo sobre la corrupción, las poblaciones no tienen una gran confianza en sus gobiernos. Tal vez soy idealista, pero creo que esta decisión, que reconoce a la mujer el derecho fundamental de decidir qué hace con su cuerpo y, en consecuencia, la trata de manera mucho más humana, es un primer paso hacia el desarrollo de una relación de confianza entre la población y su gobierno.

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